Los intrépidos fotógrafos, Mikel Lahidalga y Pautxo, decidimos esa noche buscar la vía láctea sobre los cielos de Isaba. Habíamos oido hablar del cometa Neowise pero no habíamos reparado en que sería visible esa noche.

Al llegar a las inmediaciones de San Martín, nos encontramos con el aforo de fotógrafos completo. No digo yo que era como para generar un brote más de coronavirus, pero ahí ahí ;). Casi no encontramos sitio en el que apoyar los trípodes.

Nos recibieron unos observadores con telescopios gigantes que amablemente nos invitaron a ver el cometa con esos trastos de última tecnología. Una visión espectacular.

Buscamos nuestro punto de observación y, después de unas fotos a la vía láctea, nos centramos en el cometa. Detrás de Soum de Lèche podía observarse a simple vista.

El cometa es un gigantesco trozo de roca helada proveniente de la formación de un antiguo planeta. Al viajar en órbita solar se dirige de nuevo hacia el sistema solar exterior desprendiendo su cola de polvo. Volverá a estar con nosotros dentro de unos 6.800 años. Esperemos poder fotografiarlo de nuevo entonces ;)). Como veis en las fotos, este fantástico cometa parece que está apunto de caer sobre ¿Mauleon-Licharre? pero, en realidad, se encuentra a la friolera de 103 millones de kilómetros. Para que podamos digerirlo un poco mejor, 400 veces la distancia a la luna. ¿Cómo se os queda el cuerpo? ;))

Bueno. Pues ahí queda. Para la posteridad.