En cada una de las pruebas deportivas que se organizan por estos lares roncaleses, tras los aplausos y destellos de flash dirigidos a los campeones y participantes, aparece la figura del voluntario. Son currantes de los senderos y cimas, de las curvas, del porteo o de la atención personal. Tienen un papel indispensable para el éxito de cada evento. Como rasgo común de todos ellos encuentro que siempre terminan su labor con una sonrisa de oreja a oreja. Vayan ateridos de frío, empapados, sofocados de calor o herniados por el peso, siempre acaban felices el trabajo realizado.

En la última Snowrunning Larra-Belagua, bajo una cortina de agua, pude captar al último voluntario de la prueba. Venía de recorrer el trazado de nieve recogiendo las banderolas de señalización. Detrás, en el calorcito del fogón, se calienta ya el público y participantes.