La mañana, al amanecer, prometía con unas nubecillas trotando alegres por el cielo azul. Llevaba tiempo sin probar el juego de filtros así que me decidí a tirar monte arriba.
En el alto escogido soplaba una ventolera helada que quitaba las ganas. El cielo había tomado una tonalidad uniforme y las nubes habían desaparecido para dar paso a un gris azulado y sucio.
Lo mejor que podía hacer era "cargarme el cielo de aquellas fotos que tomase y aquí os dejo las dos que he salvado